sábado, 7 de junio de 2008

HOMBRE

ESENCIA

Diminuto al celaje se vio,
ignorado en lo no conocido se sintió,
desorientado en las rutas del inicio se imaginó,
solitario en el todo se creyó.
Pero el hombre ... como siempre, se equivocó:


Los olores del campo olió,
El brillo de su mente irradió,
La vida en él empezó.


Un día quitársela pretendió, pues
fácil lo creyó.
Pero él.... como siempre, se equivocó.
Su sonrisa luchó entre mil lágrimas
y la lección aprendió.

Muchos, de así no quieren salir.
Su palpitar moribundo y tenue ante la muerte,
Se resiste a seguir.
No gozan del “juego”, del “lloro”, del “cambio”,
del… hoy, del sentir,….
menos, del vivir.

Dios, en su castigo, no se equivocó.

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