domingo, 23 de noviembre de 2008

PEDAGOGÍA1

¿ESTUDIAR PARA POSTULAR, O PREPARAME PARA TRABAJAR?

Profesora Teresa Liliana Menor Alarcón

La nota de un examen es otro de los tantos indicadores de que algo anda mal o bien en cada uno de nosotros como alumnos de PRE, y no necesariamente como docentes o como quieran llamar a esta actividad que sólo los que tenemos vocación la conocemos, disfrutamos y valoramos.
Ser profesor no es sólo llegar al aula y empezar a dictar o escribir en la pizarra algunas definiciones de tal o cual tema incluido en una programación trimestral; no es elaborar terribles, a veces, o magníficos esquemas que sinteticen lo que vamos explicando a los alumnos mientras ellos o duermen, ríen, anota o, simplemente, “no están en la clase”; no sólo es esperar el fin de mes el pago por tu “jornada” de trabajo en el aula, que casi siempre no satisface las necesidades económicas ni cubre las deficiencias que tenemos como docentes. Ser docente implica preparase a tal punto que los alumnos no se queden callados ante una pregunta o pedido de comentario que se les solicita; es demostrarse a uno mismo que sirve, es útil a la sociedad a través de la conversación y debate que originamos en el aula con los alumnos. Ser profesor significa ser lector de por vida y contagiar ese mismo espíritu de conocer a los que te rodean, empezando por los alumnos, luego colegas y después padres de familia. ¿A caso lo dicho es un reto inalcanzable? No. Cuando quieres lo que haces, no. Y quizá, referirme a la vocación como la “salvación” de la educación sea una salida trillada, pero nadie enseña lo que no conoce, ni hace a gusto lo que no quiere.

El sistema…, la verdad no sé cuál de los tantos, ha creado a varones y mujeres con la mentalidad de que para ser profesor no hay que ser tan “chancón” o “chancona”. Si a las finales vas a ser profesor, eso no importa. Sin embargo ahora el mismo gobierno ha demostrado que hemos estado equivocados. Nuestros padres, amigos y demás familiares nos tildan de “jalados”. Y no es culpa mía ni suya (si es que es docente sin vocación), sino de todos los que creímos que la educación juega un papel secundario en el desarrollo de una sociedad. Y también lo es de aquellos que para formar una generación importaba que el profesor terminando su 5to año de secundaria pudiera manejar las riendas necesarias que demanda la educación de niños y adolescentes.

Ahora nos ha tocado vivir la época de la evaluación magisterial, en la que sólo 151 profesores lograron alcanzar una nota requerida para seguir en el proceso de nombramiento 2008. Causa gracia, asombro, extrañeza, humillación, indignación y hasta cierto resabio amargo en nuestra garganta en quienes no obtuvimos la nota aprobatoria. ¿Eso es tener una cultura de devaluación..., perdón, de evaluación?

El gobierno sabe en qué estado se encuentra el sistema educativo peruano y lo único que ha hecho es dar a conocer en cifras lo que todos sabemos: dejadez de profesores porque no les gusta ni quieren lo que hacen en las aulas; justificación de falta de capacitación por los bajos sueldos (y eso es cierto, en la gran mayoría); u otras razones – todas válidas, en la medida que sean ciertas-, pero lo importante y creo, el origen de toda esta descubierta y afirmada terrible situación está en muchos años atrás y que, lamentablemente, no se pueden retroceder. Con capacitaciones del estado a los docentes como si fueran a postular a la universidad y escuchar de ellos frases como “uyyy, es para morirse. Tengo que pagar profesor particular para desarrollar mis prácticas, sino no avance con el resto”, o por ejemplo algo como: “¿para qué me sirve la física II y la termodinámica en mi carrera como profesor de historia y geografía?”, o ésta “ya no se puede ni dormir ni elaborar las sesiones de clases para los chicos, porque el tiempo se nos va en las prácticas de razonamiento matemático y razonamiento verbal”. ¿Desorganización del tiempo por parte de los docentes?, ¿empeño de algunos por querer ser el número uno en la lista de profesores capacitados por el estado?, ¿justificación de otros para faltar al colegio o dormirse en el aula, o perder el tiempo con los alumnos en el aula… según ellos corrigiendo exámenes? El caso es que de un momento a otro no vamos a solucionar el problema. ¿¡Qué están contribuyendo a ello¡?, puede ser. Pero no es la única de las formas. Las universidades, o instituciones tanto privadas como estatales deben contribuir a que las notas sean las que en verdad reflejen nuestro desempeño como alumnos, desde cuando estamos en el jardín. Ser honestos los profesores con los padres de familia o con los mismos alumnos cuando éstos ya están en el nivel secundario y/o superior. Sólo así no se volverá a repetir la historia de la mala educación en el Perú. Sólo entonces, diremos conscientemente “mejores profesores, mejores alumnos”, pero no “mejores postulantes a un examen de nombramiento, mejores alumnos. Yo no me preparé para el examen. Y esto es para una de las profesoras que ocupó el tercer puesto porque no trabajaba y entonces se dedicó a estudiar exámenes anteriores, desarrollar prácticas. Todo lo que una postulante a la universidad haría si es que quiere ingresar. “Para quienes estamos preparados no es difícil el examen….Querer es poder”.- Eso es válido -. Pero, se habrá preguntado el gobierno o el ministro de educación “¿Desaprobaron porque son peores o malos profesores o porque no estudiaron para aprobar el examen? ¿Usted, qué cree?

Para todos los que me conocen y no me conocen, soy una de las miles de profesoras que no aprobó el examen; comúnmente conocida por los medios informativos como “la jalada” , pero seguro el año que viene, estudio tres meses razonamiento matemático y entonces soy una de las profesoras que sigue el proceso para nombrarse. Soy “la mejor, una excelente profesora” desarrollando ejercicios sobre qué número de lados tiene la figura “x”.

Profesores, hay que prepararse para trabajar, porque el examen que pasó y los otros que vendrán no determina la energía que invertimos en hacer fichas, módulos, evaluaciones, separatas y guías con ejercicios, preguntas y ejemplos según los estilos de aprendizaje, el nivel cognitivos, y el estado emocional de los alumnos. Menos el nivel de relaciones interpersonales que el alumnos tiene con sus profesores o padres o amigos.



Saludos a mis colegas de promoción “FORJADORES DE UNA NUEVA GENERACIÓN”, a mis amigas y amigos del Conglomerado cultural- Chiclayo, a los de la Maestría de la UCV y de la 2da especialidad en la USAT, a los de CEFORLEC- Chiclayo, a los de NSIL- Chiclayo. También, a los del BRITÁNICO y a los del ABACO- Chiclayo. No me he olvidado de mis amigas y colegas de la Institución Educativa BRUNING COLLEGE- Chiclayo.


Nota:
Apruebo para el próximo examen, si es que tengo tiempo de prepararme en la PRE o pagar 250 soles.

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