jueves, 6 de noviembre de 2008

QUÉ LUGAR


Teresa Liliana Menor Alarcón

Llegamos hacia un lugar cuyas características eran similares a las tiendas de un mercado. Preguntamos por alguna habitación, pero nadie supo decirnos dónde encontrarla.
Avanzamos más y unas cortinas blancas cubrían cada tienda. Aún no entendíamos el por qué de tal disposición.
Entonces algo se movió delante de mí. Era como un fantasma que se aproximaba y ya estaba muy cerca. Mi compañero actúo más rápido y trató de descubrirlo. Una señora avanzada en edad nos miraba con ojos retraídos. Al parecer había dormido demasiado y no tenía noción de lo que estaba pasando.
Mi compañero luego de quitarle las cortinas la quedó observando e incluso se acercó a olerla, pero se alejó rápidamente. Entonces, empezó a llorar, y tan fuerte lo hizo que comenzaron a levantarse con ella muchos más. Sin mucha demora llegó un señor moreno, aún joven y nos levantó la voz. Desgraciados de ustedes- nos dijo.
La gente poco a poco empezó a caminar. Las cortinas, que fungían de sábanas, empezaron a deslizarse, y hombres y mujeres no sabían si iban o venían.
- Es inútil, no lo he logrado en 20 años, ahora tampoco será posible- dijo Dolo.
- Son libres, váyanse. Ya no me sirven para el objetivo que quería.
La gente corría rumbo a una salida. Al final hallaron un puente. Por su parte Dolo, se iba desvaneciendo.
Nosotros nos quedamos intentando averiguar lo que había sucedido y escuchamos que el sexo, y todos los placeres carnales acababan de morir en ese lugar. Las buenas mozas viejas estaban y los jóvenes, canosos también. Sólo nosotros éramos la presa favorita. Cometí un error, cierto: el no haberme fijado en él. Pero tú no me ayudaste en nada, le comencé a reprochar. Eres una tonta. Dejabas de sentir y ya. Después de escucharlo no supe más qué decir sino: eres un pervertido, tanto o más que Dolo, Yue.
Han pasado veinte años de intentar salir, pero hasta ahora no he podido cruzar aquel mismo puente. Y eso es por culpa tuya, Yue.
¿No habrá acaso una pareja que quiera quedarse contigo? porque yo ya no te amo. Y eso es culpa tuya, también.

Dolo cada año aparece y despierta a quienes están a su merced, pero si lo rechazan los vuelve a dormir.

No hay comentarios: